Pequeña locura porque ayer no estaba la tarde precisamente primaveral. La oscuridad, lluvia y viento (al menos no hizo frio) fueron nuestros compañeros de salida y en mi caso también la tos pues estoy saliendo de una bronquitis. Aún así las ganas de monte superaron todo pues desde antes de navidad no cogía la bici en serio. Tras semanas de lluvia la Zapateira estaba literalmente encharcada. Ayer mis shimano mw80 hicieron todo lo que pudieron pero contra charcos que casi llegaban a la rodilla sucumbieron y volví a casa con los pies empadados en dos bañeras individuales en las que mis botas se habían convertido. De todas formas valió la pena porque es una sensación diferente ir con las luces por el monte en total oscuridad, bajo la lluvia y el viento y atravesando charcos interminables. Decididamente ayer fue no de estos días que hacen grande a este deporte.
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