Finalmente sí ha sido la dura jornada que se preveía pero no por su exigencia física sino por los imprevistos mecánicos.
Comenzamos el día con un energético desayuno de café, zumo de naranja y churros en un bar cerca del ayuntamiento. Conocedores del duro trayecto cogimos un ritmo suave que nos permitiera ir calentando en la fría mañana de Astorga. Hoy me juré que lo próximo que me compre para la bici será un calientaorejas. Ya se que suena tonto pero hoy casi se me helaron con el gélido aire matutino.
La salida de Astorga está bien señalizada. Rápidamente nos encontramos en un camino de grava que poco a poco fue cogiendo pendiente. Bellísimas las flechas que los peregrinos fueron improvisando con piedras rojas cada pocas decenas de metros.
De esta forma llegamos a una parte donde el camino discurria al lado de la carretera con las montañas al fondo como destino. Mientras el camino fue paralelo a la carretera fuimos por el asfalto para dosificar las fuerzas pero en cuanto se separó ligeramente nos lanzamos ansiosos a él. La ascensión en sí había comenzado. Como el perfil de la etapa asustaba desde un principio subimos con calma pero sin poner pie en tierra.Tras un km o dos encontramos otra vez la carretera con dos claras señales: a los bicigrinos les aconsejaban subir por el asfalto mientras el camino tradicional a pie continuaba de frente. Evidentemente no nos lo pensamos ni un segundo y seguimos por el camino. Poco a poco fueron apareciendo los pueblos que había leído tantas veces en la guía: El Ganso, Rabanal del Camino y Foncebadon (este último de gran belleza). Antes de que nos dieramos cuenta allí estaba la Cruz de Ferro, pequeña en dimensiones pero grande en significado. Nos encontrábamos en uno de los puntos más míticos del camino que antes de comenzar está aventura. La subida había sido mucho más fácil de lo esperado aunque eso no le resto magia al momento. Conocedores de la dificultad de la bajada Luis y yo acordamos hacerla por asfalto y camino respectivamente y vernos en Molinaseca. Así Luis emprendió la bajada por la carretera y yo me quedé un rato más charlando con otros peregrinos y disfustando del momento.
Cuando me dispuse a emprender la bajada comenzó mi víacrucis particular. Aunque antes de salir de Coruña había cargado las cámaras de líquido antipinchazos ahí estaba mi llanta trasera tocando el suelo. "Bueno, la Cruz de Ferro no me ha dado mucha suerte" pensé, pero aún no había nada más que comenzado la racha. Me dispuse a cambiar la cámara por la que había traído de repuesto también con líquido antipinchazos cuando vi sorprendido que estaba pegada a sí misma. Supongo que al meterle el líquido derrame algo por fuera y al traerla plegada se había quedado pegada. Intenté despegarla con cuidado pero sólo conseguí hacerle un 7.
Allí estaba yo con dos cámaras antipinchazos pinchadas. Había que parchear. Como soy previsor antes de salir de casa había comprado líquido de parches nuevo porque sabía que se estropea tras varios meses. Lo que no sabía es que los parches también se deben de estropear porque intenté parchear ambas cámaras sin resultado alguno. Aquí apareció en escena Jorge, un bicigrino madrileño al que le debo la salvación hoy. Amablente me ofreció sus parches (también de decathlon como los míos pero recién comprados) y con ellos parcheé una cámara sin problemas. Cuando vi que no perdía aire le agradeci la ayuda y le dije que ya no hacia falta que demorara más su viaje que ya podía terminar sólo la separación.
Eso creía yo pero no fue así. Mi bombin conseguía dar algo de presión pero llegado a un punto y por mucho que insistieras (sude mucho más aquí que en la subida) no conseguía llegar a la presión necesaria para circular con normalidad. Espere un rato a ver sí aparecía algún bicigrino para pedirle su bombin pero no hubo suerte. Decidí comenzar a bajar andando ya que parado me desesperaba. Para mi sorpresa y alegría al cabo de un km más o menos encontré otra vez a Jorge que había parado a conversar con otros peregrinos. Con su bombin (también de decathlon) conseguí darle presión a la rueda y decidimos hacer la bajada juntos.
Aquí un alto en la historia porque la bajada lo merece. En la guía ya la describian como muy dura y difícil para las bicis. Pues bien, ¡Se quedaban muy cortos! Es con mucho la bajada más impresionante y difícil técnicamente que he hecho y se la recomiendo a cualquier loco de la bicicleta de montaña (y recalco lo de loco).
Ahí estaba yo, después de 5 aburridos días de rectas y llanos ante un desafío de bajada. Está claro que acepte el reto y me lancé a por él. Tenía que ir constantemente parando para esperar por Jorge que bajaba a pie algunos usamos. Yo estaba gozando cada roca, cada grieta y en definitiva cada metro de bajada. Tanto que me olvide que no iba en mi Gary Fisher de doble suspensión sino en una semirígida con 12 kg en las alforjas y claro, sucedió lo que tenía que suceder, escalón brusco y silbido de aire saliendo a borbotones. Había rajado la cubierta y la cámara contra una piedra (cubierta que había comprado 2 días antes del viaje).
Y el tercer "ahí estaba yo" de este post. Ahí estaba yo en medio de la nada con una cubierta rajada y sin cámaras de repuesto. Había que ingeniarselas para poder llegar a Ponferrada que estaba a unos 15 km. Una vez más Jorge me dio sus parches y bombin. Para impedir que la cámara saliera por la raja de la cubierta cogí un block de notas que llevo que tiene las tapas de plástico y utilicé una de ellas para reforzar la parte interior de la cubierta donde estaba la raja. Así conseguí hinchar la rueda lo suficiente para ir con mucho cuidado hasta la carretera más cercana y seguir por ella hasta Ponferrada. Aquí me despedí de jorge y le di mi email para que me enviara unas fotos. Espero que me escriba porque le debo una cena sí viene por coruña.
Entre tanto Luis había llegado a Ponferrada y visto el castillo. Yo llegué al albergue sobre las 5 de la tarde. Tras ducharme fuimos a una tienda de bicis cercana con "modicos" precios que indican que no tiene competencia en el pueblo. Como no era momento de buscar alternativas pagué lo que me pedían por una cubierta, una cámara y unos parches y por fin pude volver a tener la bici en condiciones.
La Cruz de Ferro ha pasado. nuestra idea era haber llegado hoy hasta el Bierzo para atacar mañana la imponente subida al Cebreiro. Desgraciadamente con mis problemas nos hemos quedado a 40 km del comienzo de la subida así que mañana decidiremos sí hacemos la machada y afrontamos la subida tras esos 40 km o bien hacemos una minietapa hasta al Bierzo con lo que tendríamos que pasar toda el día en ese pequeño pueblo.
Aún tendría muchas conclusiones y sensaciones que contaros pero son las 22:50 y ya todo el mundo duerme en la sala. Mejor lo dejamos que mañana será otro día (y espero que con menos imprevistos).
Buenas noches y buen camino
Hola bicigrino, pues sí que ha sido una etapa accidentada. Quédate con los paisajes, con la diversión y con haber conocido a alguien tan majo.
ResponderEliminarMuchos ánimos, ya falta poco.
Hola,
ResponderEliminarVaya, dia accidentadillo, bueno, experience no? piensa que has tenido suerte, podrias haberte encontrado a alguien y aun encima de no ayudarte, te roba la bici, en fin, a todo hay que verle el lado positivo.
Mucho animo chicos que queda poco.
Nadie a dicho q sea facil pero no importa lo q suceda lo importante es estar en el camino.Disfrutad cada minuto en todos los detalles por muy pequeños q sean siempre hay una historia q contar
ResponderEliminarVenga César,
ResponderEliminarse te está yendo la pinza.
Aquí hay mucho "chollo" y aún te vas a partir la crisma.
Pasa para aquí, anda....
J.Ares
Bueno, los incidentes forman parte del Camino, y más si crees que estás bajando la s trialeras de la Zapateira con el club en lugar de con los doce kilos de peso jajaja
ResponderEliminarTambién te dio la oportunidad de conocer la solidaridad del Camino...y de los que hacen negocio a su vera.
Por último, ¿te acordaste de dejar la piedra en la cruz?
Buenas noches y buen camino peregrinos
Enhorabuena Cesar.
ResponderEliminarPor si no te has enterado,Fernando Alonso acabo primero en Singapur despues de fundirle las pilas al coche en las clasificatorias. El superar los incidentes debe ser una parte fundamental de cualquier "camino". Saludos de Germán-CCRiazor