lunes, 6 de diciembre de 2010

Disfrutando la nieve sin esquies

Era algo que ya veníamos comentando hace tiempo y este fin de semana lo llevamos a cabo aprovechando la tregua que dio el temporal de nieve.

La ruta escogida para la ocasión fue la del club de ciclismo Leboreira que encontramos en la web "bikemap" (http://www.bikemap.net/route/768593). La ventaja que tenía este trazado es que había sido realizado la semana anterior con lo que esperábamos encontrarlo marcado y sería más fácil de seguir aunque la verdad es que con el Garmin de Alberto no hay mucho problema. Ya por las fotos vimos que había zonas donde el suelo estaba parcialmente blanco y tras el temporal de nieve de los últimos días era previsible que nos encontrásemos algo de suelo nevado para probar lo que es pedalear en estas condiciones.

Ya concienciados para enfrentarnos con unas condiciones bastante extremas los tres (Alberto, David y yo) nos equipamos con la ropa de frío más intenso de la que disponemos. La camiseta térmica y la equipación de invierno del Club de Ciclismo Riazor cumplieron perfectamente su cometido. Un sobresaliente o matrícula de honor para las botas de goretex Shimano MW80 que mantuvieron mis pies secos y calientes durante las más de cinco horas que nos llevó la ruta debido a la nieve y las contínuas zonas encharcadas. Lo que tengo que solucionar es el tema de los guantes. Tuve que ponerme los dos pares de guantes de invierno (unos por encima de los otros) y aún así se me quedaban escasos para aguantar los tres o cuatro grados a los que estábamos (que se debían de convertir en 0 por la sensación térmica que daba el viento).

Las conclusiones que se pueden extraer de este día es sobre todo que me alegro de haber escogido este hobbie al aire libre ya que si uno quiere se puede practicar en cualquier época del año independientemente de las condiciones climatológicas. También que la elección de los neumáticos fue la adecuada para este terreno. La combinaciónd de Panager Fire XC para delante y Michelin Country Mud detrás proporcionaba un agarre buenísimo (teniendo en cuenta las circunstancias) que nos permitía rodar con casi total normalidad cuando la capa de nieve no superaba los 10 o 12 cm. Con espesores mayores la tarea se complicaba y hubo zonas donde no hubo otro remedio que probar otro agarre: el de las suelas de nuestras botas.

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