martes, 21 de septiembre de 2010

Etapa 3. Zafra - Aljucén (80+10km): El camino es improvisar

Hoy lo teníamos todo planeado. Salimos temprano de Zafra, sobre las 8. Unas pequeñas cuestas para entrar en calor en un día que amenazaba lluvia y luego agradables senderos durante los primeros 20km.

En el km 20 dejamos atrás un pueblo para comenzar ja recta más larga que he visto. Fueron 30km en línea recta atravesando viñedos y olivares. Sí para un bicigrino es una etapa aburrida para un peregrino es una dura prueba mental.

De esta forma llegamos a Mérida sobre la una tras haber cubierto los 64km en poco más de 3.5 horas dando una media de 17.5km/h. Allí nos cayó un chaparrón impresionante. Sólo fueron 15 minutos de lluvia pero dejó la mitad de las calles encharcadas.

Buscamos el albergue y lo encontramos al lado del río. Una casa vieja con aspecto bastante descuidado y con pinta de tener humedad. Estaba totalmente cerrada y tras tocar varias veces en la puerta ya nos íbamos a ir cuando nos abrió un tío con aspecto muy extraño. Rápidamente nos dijo que el albergue no abría hasta las 15.30 y que no nos podíamos quedar porque él se iba a comer. Le pedimos sí podíamos dejar las alforjas para visitar más cómodos la ciudad y accedió aunque metiendonos prisa. La impresión que nos dio el interior del albergue fue tan mala como la exterior y la del "hospitalero".

Estuvimos visitando Mérida y comimos en un bar cercano al albergue. Durante la comida ya estuvimos comentando sí irnos de ese albergue pero las ganas de siesta pesaron más que la primera impresión.

Volvimos al albergue y la segunda impresión confirmó la primera. Dudabamos sí quedarnos pero la gota que colmó el vaso fue cuando el hospitalero dijo que teníamos escritos nuestros nombres en el libro de registro y no bis podíamos marchar. En ese momento en el que decidimos no quedarnos allí y tachamos nuestros nombres.

Estábamos montando las alforjas cuando llegaron tres bicigrinos con los que habíamos estado en Almadén y Zafra. Les dijimos que nos íbamos por el albergue y por el trato pero dijeron ríe seguro ríe no era para tanto y entraron en el albergue. Antes de que terminaramos de montar todo salieron y dijeron que se venían con nosotros. A uno le habían dicho que en el siguiente pueblo había baños termales y decidimos ir hasta allí.

Fueron 17km mitad carrera, mitad camino bastante llevaderos los que nos trajeron hasta Aljucén. Desgraciadamente los baños están cerrados por vacaciones con lo que podíamos quedarnos el un minúsculo albergue (proporcional al pueblo) o seguir al siguiente (que no teníamos seguridad que fuera mejor). Uno de los bicigrinos, Alberto y yo decidimos quedarnos y tener el resto de la tarde para "reflexionar" ya que el pueblo en si está muerto.

Está etapa la habíamos planificado como pocos km y visita a Mérida pero ha sido un día con un desenlace inesperado. Posiblemente no haya sido la mejor manera de aprovechar la tarde pero el camino es improvisar y aprender a disfrutar cada instante y cada vuelta del destino. Por ello doy por bien empleado este día ya que me ha dado una anécdota más israelitas contar del camino.

Ulteria ét suseia

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